Comienzo esta nueva experiencia siguiendo la senda de Dionisio Pérez Gutiérrez. En 1995 ya escribí un artículo con la misma pretensión de vindicar el nombre, la figura y la obra de don Dionisio Pérez Gutiérrez. Por supuesto que no pretendía vengar ni defenderle por hallarse injuriado o calumniado, pero sí por “injustamente notado”–a pesar de las apariencias- y, jurídicamente hablando, por “recuperar lo que le pertenece”.
De nuevo vuelvo con las mismas intenciones e ilusiones, aunque tratando en este mi blog otros aspectos muy diferentes siempre relacionados con la cocina española, procurando ser un digno tributario de “Post-Thebussem” quien a lo largo de su vida fue un ejemplar escritor, periodista y gastrónomo. Estuve a punto de titular este blog “Thebussianas”. Pero don Mariano Pardo de Figueroa ya había acuñado el término como título de una de sus obras, por lo que decidí un título general que aludiese claramente a España y así me situaba en la estela de Dionisio Pérez, el autor de la "Guía del buen comer español".
El subtítulo, que casi no se lee, "Venturas y Desventuras de la cocina española", toma, en parte, prestado el título de la obra de otro escritor, capitán de navío, historiador, cervantista, amigo del Dr. Thebussem, como era don Cesáreo Fernández Duro.
De los autores que he citado tengo algo que decir, pues me han ocupado mucho tiempo ya, y me gustaría compartir tal experiencia. Mi percepción de la historia, la de la vida española y su cocina, me impele a creer que todavía tienen algo que decir. Aunque hará falta que alguien les quiera escuchar. Lo intentaré. No sé si sabré hacerlo bien. Ya estoy prevenido y vacunado ante la posibilidad de no conocer el éxito. También estoy convencido de que hay muchos, ¡que generalización tan torpe!, (ya particularizaré más adelante), que no quieren oír, o que, aun oyendo, se obstinan en no escuchar.
El subtítulo, que casi no se lee, "Venturas y Desventuras de la cocina española", toma, en parte, prestado el título de la obra de otro escritor, capitán de navío, historiador, cervantista, amigo del Dr. Thebussem, como era don Cesáreo Fernández Duro.
De los autores que he citado tengo algo que decir, pues me han ocupado mucho tiempo ya, y me gustaría compartir tal experiencia. Mi percepción de la historia, la de la vida española y su cocina, me impele a creer que todavía tienen algo que decir. Aunque hará falta que alguien les quiera escuchar. Lo intentaré. No sé si sabré hacerlo bien. Ya estoy prevenido y vacunado ante la posibilidad de no conocer el éxito. También estoy convencido de que hay muchos, ¡que generalización tan torpe!, (ya particularizaré más adelante), que no quieren oír, o que, aun oyendo, se obstinan en no escuchar.
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