Las tres naranjas, hoy, se han convertido en un símbolo. Bueno, las convierto en un símbolo. Poco que ver con el cuento de Cario Gozzi. Son como las tres niñas que antes que nadie felicitarán a su madre. Además, les gustan mucho las naranjas. Desde muy pequeñas su madre les enseña a conocer y disfrutar el verdadero Sabor de España. Disfrutan de las frutas y las verduras. Así mejoran la media del sufriente MARM.
Me viene a la mente el poema en prosa de Luis Cernuda “La forma y la imagen” (1925-1926), porque habla del mar y las naranjas: “He ido a la mar por naranjas. Todos los matices sonoros, templados, finos del verde en las olas, y en las olas también todos los desdenes, ¡Mi llanto, mi llanto sobre la mar! El mar se lleva mis lágrimas hacia los indescriptibles soles crepusculares, sobre la espuma de tan delicado color vegetal aunque líquido, lejos de esta dorada arena pequeña y terrestre…” Para Cernuda, a diferencia de Jorge Manrique, las naranjas y el mar son símbolo del amor y de la mujer. El tema tiene diferentes versiones en la poesía popular. Me gusta mucho la recogida por Rodríguez Marín en “Cantos populares españoles”. Anota E. Baltanás en su edición que “no es posible hacer mejor apología del poder de la esperanza”.
“A la mar fui por naranjas,./.Cosa que la mar no tiene;./. Metí la mano en el agua;./.La esperanza me mantiene.” De la que también da una versión en gallego muy curiosa: "Fui por laranxas o mar, / Qu'e cousa que o mar non ten; / Así salin molladiña / D'as ondas que van e vên".
Personalmente la he cantado muchas veces, también en versión coral, con los dos versos finales parecidos a la versión gallega, bajo la dirección y armonización genial de José-Ignacio Prieto (1900-1980). Estos días también cantamos el conocido villancico “Noche de Paz”, con la no menos genial armonización de Prieto.
Como este blog se cuida de la gastronomía española me permito recomendarles el libro que se editó por encargo de la Unión Nacional de la Exportación Agrícola sobre las “Naranjas. El arte de prepararlas y comerlas". Las fórmulas fueron recopiladas por Dionisio Pérez Gutiérrez, “Post-Thebussem”, y van precedidas de un estudio del Dr. Marañón. Tengo un ejemplar firmado por una de las hijas de Dionisio Pérez, Carmela, a quienes recuerdo con mucho afecto. Lo recomiendo, y en particular para que elijan, como haremos nosotros, una de las ensaladas de naranjas y bacalao, con aceite selecto. Y si tienen tiempo lo dediquen a preparar unos “cascos de naranja confitados”. Si ponen amor y empeño estarán mejor que los que ofrecen en las grandes superficies. Y habrán salido de sus manos… Es muy bonita la edición de TREA, aunque no puedo ocultar que la introducción está plagada de errores entorno a la vida de Dionisio Pérez Gutiérrez.
Como guinda cultural (escarchada, por supuesto) dejen que les sugiera que escuchen, al menos, la marcha “El amor de las tres naranjas” de la ópera de Serguéi Prokófiev. Aquí tienen un ejemplo interpretado por la Orquesta Nacional de Francia dirigida por Lorin Maazel. ¡Feliz Navidad!
También nos unimos a la felicitación a Carmen, que se extiende a sus hijas y su laborioso marido y, como no, a vosotros dos, porque sois dos ¿no? Celébralo trabajando mucho, que te lo vamos a agradecer.
ResponderEliminarAnónimo, claro que somos dos. Pero este es "mi" blog. No es una revista del corazón para dar cuenta de que Mari-Carmen fue atendida en el Hospital Universitario de Zaragoza por el equipo habitual del catedrático, notable y notorio, don Heraclio Martínez Hernández.
ResponderEliminarEste sábado voy a ver la exposición "La cocina en su tinta". Me parece una buena iniciativa por parte de la Biblioteca Nacional recoger la bibliografía de un género que muchos consideran menor y que, en cambio, reúne grandes nombres de la literatura española- Cunqueiro, Montalbán, Plà- además de ser un espejo fiel de la evolución de la sociedad española. El hombre es lo que come, pero sobre todo lo que sabe guisar.
ResponderEliminarInés B.