martes, 4 de enero de 2011

"La cocina en su tinta" y Ruperto de Nola



Vengo siguiendo desde hace unos meses el anuncio y las noticias de la ya inaugurada exposición “La cocina en su tinta”. Hasta ahora, en un tanto por ciento muy elevado, sólo he visto reflejada la noticia que aparecía como nota de prensa o anuncio en la web de la BNE, y, después de la inauguración, casi siempre glosas que abundaban en “más de lo mismo”. Digo esto porque tengo la sensación de que, desde mi humilde rincón de esta densa floresta “bloguera”, voy a ser de los primeros que digan algo diferente, como consecuencia de haber visitado la Exposición con detalle y con calma. A fuer de ser sincero no he encontrado lo que esperaba. Aunque esto no me impide recomendar encarecidamente que se visite. No sé si vale la pena hacerlo expresamente, para quienes no viven cerca de Madrid. Encuentro que es una exposición, utilizando un trasnochado lenguaje aplicado al cine, “para mayores con reparos”. Quiero decir, que su anuncio y lo que se ofrece, en mi opinión, requiere una cierta preparación. Otra cosa es que además se hagan actividades paralelas para niños (?) o conferencias para quienes estando en Madrid puedan asistir. Pero cuando se va ex profeso, como es mi caso y tal como yo interpretaba su anuncio, me permití esperar algo más.
Antes de nada quiero puntualizar dos asuntos que, sobre todo de cara a los medios de comunicación, se deberían corregir para no incurrir en cadena con los mismos fallos. Soy de la opinión de que al autor del “Libro de Guisados”, o “Libre de Coch” (durante semanas de Corch, y así sigue en muchos blogs y periódicos) no se le llama “Rupert Nola”, en todo caso habría que decir “de Nola”. Constato que en los registros de la BNE aparece como “Ruberto de Nola”. Y que siguiendo la primera edición conocida, en catalán (ca.1520) [la que se muestra se la Exposición], se le suele llamar “mestre Robert”: "compost per lo diligent mestre Robert coch del Serenissimo Senyor Don Ferrando Rey de Naples”). No obstante, la Biblioteca de la Universidad de Barcelona, y también  la Biblioteca de Catalunya, (así como el CCUC) todas las entradas de este libro, en catalán o en castellano, llaman a su autor “Rupert de Nola”. Personalmente creo que el nombre más extendido es el de “Ruperto de Nola”, pero no haré reparo alguno a que se le diga “Roberto” (Ruberto se lee clarísimamente en la edición de 1529, y “Robertus” le decía Pérez Bayer (1788) anotando a Nicolás Antonio …, “y compuesto por ‘Maestro Ruberto’ en la de Çaragoça…en casa de Pedro Bernuz, 29 abril 1568”. Tal vez un poco complicado todo esto para un blog, pero fácil de entender si se lee la publicación de los textos de Ruperto de Nola y Martino en “La cocina mediterránea en el inicio del Renacimiento”(1997), por Juan Cruz Cruz, la más reciente y apreciada edición, bajo el sello editorial de quien suscribe: La Val de Onsera. Si se quiere discutir a Juan Cruz Cruz, que se haga, lo que no parece correcto es que “cada uno haga de su capa un sayo”, y hasta se permita privar de tal edición a sus lectores en la Biblioteca Pública. En Catalunya, sólo se exceptúa la “Universitat Rovira i Virgili”. El Catálogo de la Exposición tampoco cita la edición de Juan Cruz Cruz: que conste.
Tal vez parezca una cuestión menor, sobre todo si se compara con cuanto ignoramos sobre el autor, su lugar de nacimiento, a qué Rey de Aragón sirvió, su conocimiento e influencias entre otros recetarios, si pudo existir un incunable, etc. Aunque pienso que, en cuanto a análisis de los contenidos del recetario, el estudio de Juan Cruz Cruz es muy importante, y ojalá aparezcan nuevos estudios que ofrezcan nuevas perspectivas. Todo, menos favorecer la mitomanía de adquirir ediciones facsimilares, sin comentario alguno, y “visiones” museísticas sin vida. Hacen falta ediciones críticas que contribuyan al conocimiento de nuestra cocina. Todavía, pensando en lo que a mí me interesa, puedo recomendar el libro de Javier Pérez Escohotado, “Crítica de la razón gastronómica”, donde aparece un capítulo, "Primeros libros de cocina en España: La conexión erasmista",  con reflexiones originales sobre la edición del “Libro de Guisados”.
Siguiendo con las expectativas creadas por el anuncio de la BNE, voy a señalar brevemente una nueva frustración, ya que entre las obras cuya presentación se anuncia está: “El Practicón, de Ángel Muro, auténtico best-seller del género en el siglo XIX”. Sólo se expone su “Diccionario general de cocina”(1892), y en el catálogo se cita El Practicón (1894) y “unas conferencias culinarias” (1892-1895), de enorme interés. También se dice de Muro que fue “un gran publicista”,…y amigo de la condesa Pardo Bazán (!), supongo que hablando culinariamente.
Vaya desengaño el mío que creía, modestamente, haber aportado algo sobre la vida y bibliografía del ingeniero de minas y ferrocarriles y notable periodista, Ángel Muro Goiri, en los “Escritos Gastronómicos. I”. Pero este asunto lo voy a dejar para otro post. Vale.

NOTA.La fotografía que ilustra este post demuestra que está tomada por mí mismo, a la salida del "cercanías". Pinche en ella, y adivine el valor de la verja del albaceteño Francisco Jareño y Alarcón. Hay voces que reclaman una pronta restauración. Si puede, no deje de visitar la exposición "Códices de la Capilla Sixtina". Tal vez cuando me lea ya se habrá clausurado. Será una pena.

5 comentarios:

  1. Gracias José María: tú siempre tan atento a todo. Mi capítulo era una modesta, pero investigación sobre el erasmismo en ese libro que ya en la edición de Miguel de Eguía (1929, 2ª reimpresión) aparece con el título de "Libro de Guisados, manjares y potajes intitulado Libro de cocina", por Ruperto de Nola. Mi artículo, además, fija al personaje que financió la traducción al castellano para regalársela a Carlos V.
    Un abrazo,
    Javier

    ResponderEliminar
  2. Parece que el personal empieza despertar: que se entere de una vez no de lo aportado, sino de lo omitido

    ResponderEliminar
  3. Hola José María,

    Gracias por las aclaraciones. De nuevo se demuestra que en los libros es donde verdaderamente uno puede contrastar información, más allá del corta y pega de las redes...

    Xesco y un servidor (gastromimix) estamos planeando una escapada a la capital para ver la exposición. Entre tus observaciones y los afilados comentarios que han aparecido en el blog del Gourmet de Provincias (http://gourmetymerlin.blogspot.com/2010/12/la-cocina-en-su-tinta.html) queda en evidencia, como dicen aquí arriba, lo OMITIDO. Más aún cuando ha sido parte activa la señora Carmen Simón Palmer y demás familia...

    ¿¿¿Será ya hora de ir pensando en una biblioteca que EXCLUSIVAMENTE atesore nuestro patrimonio gastronómico-cultural ESCRITO, en lugar de ir tirando de patrocinios que llenan bolsillos privados y dejan a medias tintas contenidos inexcusables??? Que nos llamen para la próxima exposición, que desde gastromimix les prestamos gustosamente Las conferencias, El practicón y los 2 tomos del diccionario.... todo original, claro, nada de facsímiles (que también tenemos).

    Me aventuro a decir, antes de nuestra visita a Madrid, que nuestro común amigo bibliófilo "del Levante" seguro que aporta más información y más ejemplares... Me aventuro a decir que los coleccionistas privados, los bibliófilos empedernidos atesoramos más ejemplares que la BNE, y con dinero de nuestros bolsillos!!!!!!

    Reciba usted un efusivo saludo!
    Pantxeta

    ResponderEliminar
  4. Gracias por vuestros ánimos. Que quede claro que opino con "criterios de valor", que no hago "juicios de valor". Que me parece buena la iniciativa. Pero no vale el pretexto de que es la primera en España... Es decir, a la cola de las muy diferentes que se han expuesto en otros países, y que algunas he visitado. Ya que era "la primera", se podía pedir que hubiera sido, si cabe, al nivel de las celebradas en otras bibliotecas o museos. Porque materiales los hay más que para presumir. Estoy terminando un nuevo post, que como los demás buscarán poner en valor lo que a mi criterio nunca debió de faltar. Y si no había sitio o dinero suficiente, pues ¡a esperar! No puedo ir rápido, primero son las obligaciones que uno se impone, y luego estas "devociones".

    ResponderEliminar
  5. Por favor, he olvidado advertir que también hay acotaciones muy pertinentes, creo, en el blog de los "bardajinianos", a cuyo colectivo pertenezco: Que conste. Vaya "omisión" la de Teodoro Bardají.

    http://cuadernosbardajinianos.blogspot.com/

    ResponderEliminar