Me dice un amigo que en mi anterior post parece que no aprecio la labor de difusión y defensa que doña Emilia hace de la cocina. Le aclaro, y lo sigo haciendo aquí, que solamente quería invitar a trabajar sobre sus recetarios. Lo vengo haciendo desde hace tiempo, y me desconciertan algunas redacciones de recetas, precisamente por reconocer sus grandes conocimientos y experiencia en la cocina y la gastronomía. Está muy lejos de mi la idea de desviar la mirada sobre la obra de la Pardo Bazán. En lo que conozco de su obra literaria y periodística puedo decir que son innumerables las referencias que hace a la cocina y al buen gusto.
Es interesante leerle cuando escribe reaccionando a lo que se publica en un importante diario, -dice ella-, por editar en su Biblioteca de la Mujer un libro de cocina. Advierte, en uno de sus numerosos artículos sobre La vida contemporánea que va a hablar de sí misma, "cosa bien lícita cuando se pasa uno la existencia hablando de loa demás , tras comprobar lo arduo que es saber la verdad mediante la lectura de periódicos." "No supongo -dice- mala intención en los errores que se cometen al informar aceleradamente sobre todo lo divino y lo humano; pero, sin prejuzgar intenciones, me pregunto qué van a saber de nosotros nuestros nietos, si nos estudian en la prensa."(...) "Sobre poco más o menos, tratábase de que mi libro se había publicado en el mayor misterio, y que mis allegados espesaban este misterio más todavía. No entiendo cómo se puede dar a luz un libro misteriosamente, es decir, sí: veo bastantes libros que tal suerte corren, no llegando el publico a conocerlos ni por el forro; pero esto siempre sucede muy contra la voluntad de los autores y de sus allegados. Mi libro La Cocina Antigua marchó a América antes de ponerse a la venta en España, y quizás por eso se susurró lo del misterio, y causó extrañeza no encontrarlo a mano, sabiéndose que existía. Supongo, al menos, que fuese ésta la clave del supuesto secreto inquisitorial, etcétera. Lo que no faltó fue sorpresa en mucha gente, al enterarse de que yo hacía gemir las prensas con recetas culinarias. ¿En qué quedábamos? ¿Pues no era yo una especie de ser andrógino, con más de andro que de gino?¿Acaso sabía yo que los huevos se cascan antes de freírlos? ¡Cosa más rara!" (...)
"Al fundar la Biblioteca de la Mujer, confieso que no me preocupó la sección de Economía doméstica. Mi deseo era familiarizar a las lectoras españolas con las cuestiones, para la mujer tan importantes, del alto feminismo,(...)...al admitir en la Biblioteca de la Mujer un libro de cocina, quise empezar por la clásica, típica y popular de España. Cada país debe conservar cuidadosamente sus tradiciones, y la de la cocina en primer término, porque no es cosa caprichosa sino estrechamente relacionada (tanto o más que la literatura según Taine) con el ambiente, el clima, la raza, la tierra, sus productos, etc. He protestado siempre no sólo contra el injusto desdén hacia los platos españoles, sino contra la manía de escribir en francés las minutas, y, cuando se escriben en algo que pretende ser castellano, contra la introducción de voces desfiguradas, y la mezcla bilingüe. La misma jerigonza he visto en libros y manuales de cocina."(...) "Sostengo que en nuestra cocina hay platos sabrosísimos, y he querido demostrarlo recogiendo los más que pude. Acaso, a falta de corazones agradecidos, me lo agradezca algún estómago. Del mal el menos. Afuera romanticismos; el estómago tiene importancia. ¡Demasiada quizás! en política, y en otros ramos."
Aquí quedan estos textos escritos por La Condesa hace ya cien años. Nadie creo que pueda estar en desacuerdo. En sus artículos/ensayos, salvo ciertos matices que el tiempo marca, se pueden encontrar párrafos magistrales como los que he transcrito. Lo que no impide que al citar algunas de sus recetas y darles gran autoridad por ser la Pardo Bazán, no haya que valorar de dónde las sacó, cuáles son de su familia, cuáles ha cocinado ella, cuáles ha copiado de Ángel Muro Goiri, -tan amigos-, de Manuel Puga y Parga, "Picadillo", etc., puesto que según he comprobado son más de las que dice expresamente.
Me agrada haber transcrito pacientemente estos textos, en recuerdo de tan gran escritora, precisamente en estas fechas en las que se anuncia la aparición de Aficiones peligrosas, su obra primera escrita a los trece años de edad, rescatada por la Fundación Lázaro Galdiano y Edit. Analecta. Ya la he pedido al editor. Pronto me llegará. Por este motivo la ilustración de este post no podía ser otra que el bajorrelieve ofrecido a la señora doña Emilia Pardo Bazán por don Lázaro Galdeano, y ejecutado por el escultor Sr.. Tasso, según La Ilustración Artística, número 366, enero 1889.
Es interesante leerle cuando escribe reaccionando a lo que se publica en un importante diario, -dice ella-, por editar en su Biblioteca de la Mujer un libro de cocina. Advierte, en uno de sus numerosos artículos sobre La vida contemporánea que va a hablar de sí misma, "cosa bien lícita cuando se pasa uno la existencia hablando de loa demás , tras comprobar lo arduo que es saber la verdad mediante la lectura de periódicos." "No supongo -dice- mala intención en los errores que se cometen al informar aceleradamente sobre todo lo divino y lo humano; pero, sin prejuzgar intenciones, me pregunto qué van a saber de nosotros nuestros nietos, si nos estudian en la prensa."(...) "Sobre poco más o menos, tratábase de que mi libro se había publicado en el mayor misterio, y que mis allegados espesaban este misterio más todavía. No entiendo cómo se puede dar a luz un libro misteriosamente, es decir, sí: veo bastantes libros que tal suerte corren, no llegando el publico a conocerlos ni por el forro; pero esto siempre sucede muy contra la voluntad de los autores y de sus allegados. Mi libro La Cocina Antigua marchó a América antes de ponerse a la venta en España, y quizás por eso se susurró lo del misterio, y causó extrañeza no encontrarlo a mano, sabiéndose que existía. Supongo, al menos, que fuese ésta la clave del supuesto secreto inquisitorial, etcétera. Lo que no faltó fue sorpresa en mucha gente, al enterarse de que yo hacía gemir las prensas con recetas culinarias. ¿En qué quedábamos? ¿Pues no era yo una especie de ser andrógino, con más de andro que de gino?¿Acaso sabía yo que los huevos se cascan antes de freírlos? ¡Cosa más rara!" (...)
"Al fundar la Biblioteca de la Mujer, confieso que no me preocupó la sección de Economía doméstica. Mi deseo era familiarizar a las lectoras españolas con las cuestiones, para la mujer tan importantes, del alto feminismo,(...)...al admitir en la Biblioteca de la Mujer un libro de cocina, quise empezar por la clásica, típica y popular de España. Cada país debe conservar cuidadosamente sus tradiciones, y la de la cocina en primer término, porque no es cosa caprichosa sino estrechamente relacionada (tanto o más que la literatura según Taine) con el ambiente, el clima, la raza, la tierra, sus productos, etc. He protestado siempre no sólo contra el injusto desdén hacia los platos españoles, sino contra la manía de escribir en francés las minutas, y, cuando se escriben en algo que pretende ser castellano, contra la introducción de voces desfiguradas, y la mezcla bilingüe. La misma jerigonza he visto en libros y manuales de cocina."(...) "Sostengo que en nuestra cocina hay platos sabrosísimos, y he querido demostrarlo recogiendo los más que pude. Acaso, a falta de corazones agradecidos, me lo agradezca algún estómago. Del mal el menos. Afuera romanticismos; el estómago tiene importancia. ¡Demasiada quizás! en política, y en otros ramos."
Aquí quedan estos textos escritos por La Condesa hace ya cien años. Nadie creo que pueda estar en desacuerdo. En sus artículos/ensayos, salvo ciertos matices que el tiempo marca, se pueden encontrar párrafos magistrales como los que he transcrito. Lo que no impide que al citar algunas de sus recetas y darles gran autoridad por ser la Pardo Bazán, no haya que valorar de dónde las sacó, cuáles son de su familia, cuáles ha cocinado ella, cuáles ha copiado de Ángel Muro Goiri, -tan amigos-, de Manuel Puga y Parga, "Picadillo", etc., puesto que según he comprobado son más de las que dice expresamente.
Me agrada haber transcrito pacientemente estos textos, en recuerdo de tan gran escritora, precisamente en estas fechas en las que se anuncia la aparición de Aficiones peligrosas, su obra primera escrita a los trece años de edad, rescatada por la Fundación Lázaro Galdiano y Edit. Analecta. Ya la he pedido al editor. Pronto me llegará. Por este motivo la ilustración de este post no podía ser otra que el bajorrelieve ofrecido a la señora doña Emilia Pardo Bazán por don Lázaro Galdeano, y ejecutado por el escultor Sr.. Tasso, según La Ilustración Artística, número 366, enero 1889.
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