Nuevo diseño del puesto de "castañera", en el Paseo de la Independencia. Compré una docena, y le pedí permiso para la instantánea y autorización para publicarla en mi blog. Gracias. |
Hace unos días, cuando todavía hacía algo de frío, -hoy de nuevo lo hace-, quise despedirme de las castañeras de las calles de Zaragoza. También de las que ví algún día por las calles de Madrid.
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Narciso Méndez Bringa nació en Madrid, en 1866. Algunos amantes de Guadix, lo consideran accitano, como sus padres. Murió en Madrid (1933). |
Este elocuente dibujo del ilustrador Méndez Bringa invita a mirar hacia atrás, o recordar ambientes literarios. Una castañera en plena calle en Madrid de 1897. Ilustraba un artículo de Eusebio Blasco, escritor, poeta y periodista (aragonés). Se publicó en "Blanco y Negro" bajo el título “Castañas y Buñuelos”. Lo escribió en una de sus estancias en París, desde donde enviaba numerosas colaboraciones. Relata que conversaban con Daudet y Bourget sobre los recuerdos que les traían las castañeras.
Eusebio Blasco concluye el artículo así:
“- Sí, decía yo, pero en París les falta un aliciente. Ser vendida por una castañera madrileña pura, de las de tres pañuelos: uno grande tapando el cuerpo, otro en la garganta y otro en la cabeza. Y dentro de todos aquellos trapos, unos ojos como centellas y una voz de chulapa insolente gritando a la vecina que pasa acompañada de un sujeto bien vestido:
- ¡Anda con Dios! ¡Ya te veo que vas con Weyler! "
P.S. Si todavía encuentran castañas en su frutería no se priven de esta guarnición: limpie las castañas de las dos pieles y se ponen a cocer con leche o con agua. Cuando están cocidas y sin caldo, se pasan a través de un pasapuré. Se recoge la castaña pasada y se vuelve a una cacerola; ésta se coloca sobre el fuego y, mientras se trabaja con una espátula de madera, se le añaden 100 gramos de mantequilla buena (para medio kilo de puré), sal, un poco de nuez moscada rallada y leche en cantidad necesaria para formar un puré espeso. Se deja a baño maría hasta su empleo. (Es una recomendación tomada de Teodoro Bardají).
A la receta de Bardají yo le añadiría un chorrito de ron negro y la cosa será ya perfecta, creo.
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